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LITERARIA

AL DENTISTA

AL DENTISTA El comer cientos de postres, caldos, xazuelas, platos de fondo, helados, referscos y chichas es decir probar la buena comida peruana en general, es parte de la vida de los peruanos; pobres, ricos, de condición media, en fin todos comemos rico, claro a nuestra manera; y el degustar, deglutir, despedazar, engullir, comer, masticar, salivar y todo aquello que tiene que ver con la boca y la gastronomía, titánica labor de nuestras  muelas para hacer ese trabajo aparentemente deliciosos y cómodo, pero muchas veces no sucede eso, pues la comida muy bien digerida y oviparamente consumida se descompone en als muelas y si no le damso el tratamiento adecuado, sucerderá lo inevitable, por ello son esenciales las visitas al dentista, al cula muchos no vemso con buenos ojos, por practica de higiene bucal debemos acudir a él e incluso por los problemas de aquel pequeño dolor de muela o de maxilar, en el peor de los casos por aquel gran dolor ya anunciado por la caries de alguna muela o  el mal olor de las encias o sangrado de las mismas.
Acudir a un dentista no es una practica común o usual entre los peruanos, si asumimos que solo el 30% de la población acude ante uno, la costumbre implantada aquella situación consuetudinaria nos encasilla y encajona de saber que la mayoría solo acudmos ante el gran dolor y ante la inminente pérdida de neustros dientes, quienes cumplen esa titámica
labor de masticar básicamente todo aquelñlo que en le Perú esta de moda los riquísmos y variados ingredienets de nuestra culinaria.
Hoy torpemente fui presa de la consuetudinaria forma de ir por ese molestísimo dolor de muela y la imperiosa razón de estar masticando como siempre y ¡que horror! como dice Carlos Alvarez, se haya roto un pedazo de mi querida e ilustrísima muela delantera, esas que son tu carta de presentación cada que saludas a alguien o cada que conquistas con una mirada sellada por una sonrisa, hoy con vergüenza ante mi dentadura y molestia de mi persona he perdido un diente, estar ya en base tres y perder muelas ya no es para esperar dentición nueva como cuando uno es niño o adolescente en fase inicial, simplemente las tediosas y costosas protesis dentales, los famosos dientes postizos, son los mejores aliados para poder masticar y por estética para poder sonreir bonito o dialogar encantadoramente con los demás, para ello los dentistas tienen infinidad de tarifas y métodos para poder recuperar una muela, pero lamentablemente ya no es lo mismo como tener uno mismo sus  muelas complletas y naturales sin artificios de pequeños fierros, placas de
oror  de platino, ni fierros incoirporados y e infinidad de artilugios incomodando a nuestro paladar y encias sanas allí y sin tener problemas con ellas de ningún tipo.
Aunque haya sido siempre aliado del cepillo dental ent odas formas y tamaños, de la ya famosa pasta de todos los colores y sabores y del astringente emjuague bucal en colores diversos, la declive de mis muelas está comenzando, ¿Cómo yo rel señor del lavado bucal puede perder ya muelas perennes? según yo, el que ha usaod siempre los palillos para despues de als comidas, acudido al dentista, sinceramente las veces que tenía tiempo, por ello la moraleja, que ya no es para mi lamentablemente, es no solo cepillo y pasta dental sino también dentista incluido; y mientras dura el tratamiento y se optimizan soluciones tender que manteenr un perfil bajo con mi sonrisa, riendome a discreción, siendo preciso en las palabras y en los diálogos, evitando se note esa pequeña pero notoria imperfección entre mis dientes delanteros, nueva forma de comunicarme tendré que asumir mientras el
reto de devolverme la sonrisa al dentista se pone en marcha.
Recien me doy cuenta cuanto valoramos a nuestros dientes cuando no los tenemos ya con nosotros, y cuanto deseamos sonrisas mejores y plenas, ya que todos deseamos lindas dentaduras blanquedas pro el fluor y coregidas por los "brackets" y alieniados dientes para embellecer  nuestros gestos y gracia a nuestra expresion facial. Que ansias y recuerdos gratos en las fotos que desgloso de mi adolescencia y juventud de base dos, bella sonrisa con encantadoras compañeras y amigas que hacen de esto un recuerdo trivial por aquella dentadura que no volverá, pero que aún puedo mantener a las pocas partes de mi dentición que  quedan. Consejo hasta de un conejo ama y protege aquellas partes de tu cuerpo que están en proceso de envejecimiento. Pamplinas, vaya al dentista más seguido, no hay edad para ello, mientras más joven empiece mejor para usted.

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