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LITERARIA

SIBILA ARREDONDO Y EL SUICIDIO DE ARGUEDAS

Fue la última consorte de un enigmático, pero encarnizado defensor de sus ideales, la viuda de Arguedas lo vio todo, palpó el deseo inerme del escritor, quien días antes escribiera, "A mí la muerte me amasa desde que era niño, desde esa
tarde solemne en que me dirigí al riachuelo de Huallpamayo, rogando al
Santo Patrón del pueblo y a la Virgen que me hicieran morir..."
Mientras el suicidio madura definitivamente en su
cerebro, José María va dando forma también a su última novela. Dicen los
mitos antiguos de Huarochirí que el mundo consta de una parte de arriba
y una parte de abajo. Estas dos partes se unen, de vez en cuando,
gracias a dos zorros que conversan relatándose los pormenores de sus
planos respectivos. Ese diálogo entre El zorro de arriba y el zorro de abajo
es cabalístico, esotérico, pleno de ingenio y poesía. Arguedas
introduce estos dos zorros en su novela: ellos le dan el título y le
permiten explicar cómo "la parte de arriba", la sierra peruana, se volcó
hacia la costa, hacia "la parte de abajo", en el auge tremendo de
Chimbote, el gran puerto pesquero del Perú. Entretejidos con el hilo
central de la novela aparecen los diarios íntimos de Arguedas; por ellos
nos enteramos del proceso interno en cuyo cauce se va precisando el
suicidio.

Fue un viernes que se desató la tragedia. "Mañana se dirá, tal vez, que lo mató el cansancio, la incomprensión o la neurosis. Pero mientras existan los "pongos" , los siervos de la tierra; en tanto suene en el aire "el rezo de las señoras aprostitutadas, mientras el hombre las fuerza delante de un niño para que la fornicación sea más endemoniada y eche una salpicada de muerte a los ojos del muchacho" ; mientras los indios de las punas sean "piojosos, diariamente flagelados, obligados a lamer tierra con sus lenguas" , mientras existan la injusticia, la humillación y el oprobio, habrá muchos Arguedas muriendo y renaciendo sin cesar en el doliente, pero algún día victorioso corazón de los que sufren. Sí: "tremenda y deslumbrante la aurora me mataría, si yo no llevase, ahora y siempre, otra aurora dentro de mí" , era la frase de Withman que Arguedas repitió incansablemente durante nuestras largas conversaciones. Porque habiendo perdido hasta la fe en sí mismo, jamás perdió la fe en el porvenir de los suyos.

José María se disparó un balazo en la cabeza el viernes 28 de noviembre
de 1969. Pero durante cinco días terribles estuvo aún latiendo su poderoso corazón, rey entre sombras. Todos desesperados, conmovidos y atónitos no pudieron levantar ánimo, fue devastador saberlo y entre todos los que sufrieron con su muerte estuvo allí "La viuda", aquella mujer que lo soportó y sufrió en silencio, pero que de la compañera infatigable que lo supo comprender en cierta medida, que trajino en sus pesares y que sumio pasivamente el papel de una consorte decorosa, pero manipulable; que pensar y decir de  una Sibila que años más tarde sería senderita, pro guerrillera, de donde surgió tamaña idea de volcar un idealismo de reivindicación para el indígena peruano, a volverse contra ellos y despellejar el alma de todo un pueblo serrano en uan cruenta lucha de horror y tinieblas.

Ana María Falconi periodista del diario virtual Los Andes realizó una entrevista  a Sibila Arredondo en  el año 2006 en Santiago de Chile de donde extractamos lo que Sibila contó el cmo conoció a Arguedas: "A José María Arguedas lo conocí, curiosamente, en un almuerzo en la casade Pablo Neruda. En esa ocasión había allí muchos intelectuales. Entonces en algún momento él cantó y a mí me impresionó muchísimo. Cantó a capella, como él solía cantar, el Carnaval de Tambobamba y la Trillade Alverjas... eran sus “grandes éxitos” –están grabados ahora en un CDde la Escuela Nacional de Folklore, que lleva su nombre–. Me impresionó muchísimo. Después nos volvimos a encontrar en la librería y nos hicimos amigos. Pasó un tiempo, José María solía venir a Chile y bueno…decidimos que mejor yo me iba para allá [al Perú].

También habla acerca del insomnio que padecía Arguedas comentando que: José María tenía problemas de insomnio, situación que yo ya había vivido con mi madre. Entonces en Lima tratábamos de buscar lugares silenciosos, pero creo que el problema era más de fondo. Finalmente vivimos en San Isidro, en Pueblo Libre y después en Chaclacayo. Pero el problema era de fondo y en todas partes encontraba que había mucho ruido... En fin, uno luego analiza y ve raíces más hondas... el problema de los insomnios, de buscar distintos lugares. Por ejemplo, a veces, cuando vivíamos en Chaclacayo, él se iba en las mañanas a escribir a Pachacámac, porque se suponía que allí iba a haber más silencio. Allí estaba el Museo de Sitio; él era amigo de Arturo Jiménez Borja, su director.

Otra de las vivencias contadas por Sibila está la del dolor que acompañaba a Arguedas sobre lo que acontecía en nuestro país.  Recuerdo que alguien dijo: “José María Arguedas es el Perú”. Es decir, es el Perú en el sentido de contener todas las contradicciones; de ver a qué límites de riqueza se ha llegado, y a qué límites de pobreza. Además, con un pueblo como el que tiene el Perú, con una tradición histórica, una tradición de construir extraordinaria...  Creo que era un dolor que venía de un gran cansancio; de ver que con todas las posibilidades que tiene ese pueblo, en ese país no se llegaba a algo un poco mejor, un poco más solidario. Ese proceso lo vivió él con
intensidad, por su propia sensibilidad, por su propia generosidad, porque en realidad él dedicó su vida a servir; se dedicó a la literatura no para ser famoso ni para hacerse notar. Ha sido un ejemplo. Además en unas expresiones muy dignas comenta que Arguedas escribió para el cambio, para la sensibilidad y transformación del sistema. Justamente el estuvo preso en el "Sexto" y según narró esa experiencia lo animó más en su pensamiento de transformación, de cambio. "Trató de expresar a su pueblo, pero a su pueblo en todo su contenido. En el caso de Yawar Fiesta, tenemos ahí un mural extraordinario... Hablo de Yawar Fiesta porque la van a publicar este año en España y me han pedido que opine sobre esta novela, por eso he tenido que releer las palabras de José María sobre cómo él ve la literatura, y me parece que  hay que tomarlo como lo que él dice. El prólogo de Yawar Fiesta es muy hermoso. Me he basado en gran parte en ese prólogo. Allí dice “me han tratado de indigenista, pero en Yawar Fiesta yo no sólo tomo a los indígenas”... En realidad él toma todo el mural de la zona de Ayacucho,
de Puquio, de Lucanas, etcétera. Hace la descripción, y ahí se ve la fuerza de ese pueblo campesino indígena, que decide hacer una especie de gesta heroica con un motivo que podría ser incluso curioso, pero que realmente ahí se demuestra cómo cuando un pueblo se quiere expresar, es capaz de unirse y hacer cosas que parecen un poco míticas. Porque el Misitu era un mito, pero un grupo de los cuatro barrios de Puquio decide que ellos van a tratar al mito y van a dominar la situación, porque
sienten —o saben, racionalmente— que ese mito es un animal, y ellos lo quieren hacer para mostrar sus posibilidades de lucha. Yo creo que José María ha tenido un dolor muy intenso; quizá lo podemos llamar un cansancio, contradicciones que no pudo resolver. Pero un hombre que creó la obra que ha creado, también ha tenido alegrías muy
intensas".

Sybila Arredondo, esposa de José María Arguedas.

Sybila Arredondo, esposa de José María Arguedas.

Además comenta sobre lo que la obra de Arguedas significó y significa en la actualidad y cuan leída está siendo el prolegómano de su producción literaria. "Era imposible no amar a José María. Seamos crudos: si era un reaccionario pueda ser que no lo quisiera; pero hay mucha gente que no es de izquierda, por decir una palabra que se conoce, que lo quiere.A José María se le lee, y se le vuelve a leer, que sé yo… cinco años después, y uno va encontrando cosas cada vez más claras. Porque lo que él siente, lo que él prevé, se hace también cada vez más claro. Mi generación en el Perú ahora siente mucho más lo que José María escribió.¿Por qué? Casi se podría decir que el propio desarrollo de la sociedad ilumina más la obra de José María, porque no vamos a decir que predice, porque esa no era su idea, sino que explica un momento, pero encierra el futuro también.La buena literatura es así. La mala literatura te la lees rapidito, la guardas en tu estante y chau. En cambio la buena literatura... Mira lo que pasa ahora en Europa... Los ríos profundos, que a los europeos les encanta, lo han dado como texto obligatorio para los estudiantes de castellano. Y algo bien curioso, en Francia lo comenzaron a traducir cuando José María estaba vivo, un traductor con muy buenas intenciones pero que no conocía el Perú sólo España. Tradujo Todas las sangres y Los ríos profundos, pero con el caminar del tiempo la traducción ha
envejecido. Los originales, en cambio, están cada vez más claros; entonces hay en el aire ya la idea de que hay que hacer nuevas traducciones. Esto es muy interesante, además, desde el punto de vista lingüístico y literario. Pero incluso una mala traducción no impide que el libro se venda.En Holanda, que es otro caso, se publicaron todos las novelas  principales —menos El zorro de arriba y el zorro de abajo—, al cuidado de una traductora excelente, Mariolein Sabarte Belacortu. Ella fue al Perú, caminó por el Perú y se quedó un tiempo ahí. Incluso entre las dos analizamos los textos. En Italia también se ha publicado la obra de  José María. El zorro de arriba y el zorro de abajo es una novela muy difícil de traducir; sin embargo, por esas cosas raras de la vida, la traducción que sí se ha hecho es al polaco; salió la edición en español, y unos tres o cuatro años después apareció la traducción. Yo no puedo garantizar cómo será la traducción, pero desde el punto de vista literario es un hecho muy curioso. José María ha sido traducido a una cantidad de idiomas, hasta al lituano. Lo más traducido es Los ríos profundos".

(entrevista en ) http://www.losandes.com.pe/Nacional/20100418/35068.html

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