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LITERARIA

LA BATALLA DE LOS ÁNGELES

LA BATALLA DE LOS ÁNGELES La Batalla de Los Ángeles fue una acción militar entre fuerzas chilenas y peruanas durante la campaña de Tacna y Arica en el marco de la Guerra del Pacífico, ocurrida el 22 de marzo de 1880.
Las fuerzas chilenas dirigidas por el Comandante en Jefe Manuel Baquedano derrotaron a las tropas peruanas bajo el mando del Coronel Andrés Gamarra apostadas en el cerro Los Ángeles y sus alrededores.
El ejército chileno envía a la I División en una expedición con rumbo a Ilo y Pacocha para enfrentar al emplazamiento peruano en Moquegua. El 1 de enero de 1880, el pueblo fue entregada por los extranjeros residentes a las tropas chilenas. Entre el 18 y 25 de febrero, se embarcan en Ilo 9.500 soldados que formaban 3 divisiones, quedando otra división en Pisagua esperando el retorno de los transportes. El convoy llega a destino el 26 de ese mes, desembarcando 5.000 efectivos el primer día y losrestantes 4.500 desembarcan al día siguiente sin resistencia.
El mando chileno decide una expedición a Mollendo al mando del Coronel Orozimbo Barbosa. La expedición destruye la ciudad y en Mejía la línea del ferrocarril en Mollendo para embarcarse el 11 de marzo. Soldados ebrios del 3º de Línea saquean e incendian Mollendo antes de retirarse. El ejército peruano, que mantenían el control del territorio con el I Ejército del Sur, mejoraba las defensas de Arica, que había sido convertida en un puerto fortificado por orden del Presidente Prado en abril de 1879, y coordinaban la defensa de Tacna con las fuerzas aliadas que regresaban desde Tarapacá y otras bolivianas provenientes de La Paz. El II Ejército del Sur de 4.000 hombres se encontraba en Arequipa al mando del Coronel Segundo Leiva.

En Lima, el 23 de diciembre de 1879, Nicolás de Piérola da un golpe de estado derrotando a las tropas de González de la Cotera  leales al Presidente Prado. Luego cambia los mandos militares por sus  propios coroneles pierolistas que eran civiles. A mediados de febrero de 1880, un cuerpo de ejército chileno de unos 10.000 hombres, desembarcó en Ilo en el Departamento de Moquegua, al norte de Tacna, Piérola decide no enviar al II Ejército del Sur que se encontraba en Arequipa al norte de Moquegua.En cambio envía al coronel Andrés Gamarra, afín politico, para tomar las fuerzas del Sur. Gamarra parte de Lima y llega a Moquegua reuniendo los batallones recien formados en Cuzco y Puno, asi como toma el control de los formados en Moquegua. El día 12 de marzo, una división chilena de 4.000 hombres al mando del General Manuel Baquedano se dirige a Moquegua, que ocupa sin oposición.En la tarde del 21 de marzo,

Gamarra captura a 4 soldados y un oficial chileno los cuales envía a Torata. Por la noche, las columnas chilenas se pusieron en marcha. El Coronel Chocano junto a 20 cazadores descienden de Los Ángeles hacia Tambolombo donde sorprenden a la caballería chilena, ocasionándoles 4 muertos. A la una de la mañana del 22 de marzo
Gamarra es informado que los chilenos se dirigen hacia Samegua y ordena que la 6º compañía al mando de don Nicolás Roncal baje del Quilin-Quilin para enfrentar el avance chileno. Gamarra envía a la 1ª. de Canchis para que tome la posición que la 6º compañía dejaba.
La columna del Coronel Muñoz fue divisada por la 6ª compañía del Granaderos de Cuzco. A las 4 y 30 de la mañana se inician los disparos en Holleros, atacando los chilenos la derecha peruana. Gamarra ordena avanzar al enfrentamiento la 1ª compañía del Canchis que estaba en Quilin-Quilin al mando del coronel José M. Vizcarra al amanecer y rompieron sus fuegos desde El Púlpito, causando importantes bajas a los atacantes. Las fuerzas chilenas emplazan 6 cañones, 3 ametralladoras para cañonear la posición peruana. La infantería chilena atacaba la derecha con 800 hombres y la izquierda con el resto de la infantería y 600 jinetes.

Minutos después, la columna chilena que atacaría por el frente  comienza a bombardear con artillería ese flanco, aunque sin causar  mayores daños. El ataque de infantería lanzado por este cuerpo tampoco progresaba, debido a la defensa peruana mejor posicionada. Las fuerzas chilenas atacaban el cerro Los Ángeles con infantería y artillería. Gamarra decide tomar el mando del batallón Granaderos que se encontraba en el Arrastrado para reforzar la posición de El Púlpito, además de enviar municiones. El combate se mantuvo en estos términos por más de una hora. La acción peruana cada vez causaba más bajas a los  atacantes, disparando desde la altura a los atacantes encerrados en el  estrecho paso. La situación chilena pudo contrarrestarse en cierta
medida con el emplazamiento de un cañón al mando del Teniente Eduardo Sanfuentes, que comenzó a disparar sobre los peruanos desde unos 600 metros.

Mientras tanto, el Atacama había conseguido escalar la ladera de Guaneros sin ser advertido, ya que se consideraba un flanco seguro por sus defensores y siendo ahora atacado por Estanislao del Canto en Los Angeles. Una vez agrupados sus 595 soldados, desalojaron con una carga a la bayoneta al batallón Grau, cuyos soldados se dispersaron, retirándose del cerro en desorden. Gamarra se entera de ello mientras iba hacia El Pulpito a reforzar la posición, y siendo ahora atacado por Estanislao del Canto en Los Angeles y por el Atacama en el cerro Estupiña, decide replegar sus fuerzas hacia Yacango desocupando el Canchis, Canas y Granaderos la zona de el Arrastrado. Cerca al cerro Baúl, Gamarra envía al mayor Andrés A. Pujazón hacia Tumilaca para proteger la retirada de las demas compañías. La retirada del Canchis tomo diversos caminos. Los Gendarmes se reunieron con Gamarra.

Gamarra llega a Yacango donde lo accidentado del terreno no permitió continuar el avance de las fuerzas chilenas, continuando hacia Torata y luego a Ilubaya. Aquí Gamarra decide esperar a las fuerzas chilenas para enfrentarlas nuevamente. Puesto que en la zona se encontraban familias de Torata, Yacango y otros poblados, decide no entablar enfrentamiento sino acampar y dirigirse a Chiligua y luego hacia Carumas.

1 comentario

Luis Funes -

Hubiera sido una excelente nota si se hubiera acompañado el texto con una imagen inteligible. Quedé algo desilusionado.