ESCRITO POR UN MAESTRO...
EL APRECIO
Caminando por la calle cerca de la plaza de armas encontré a un grupo de jóvenes a los cuales no veía hace un par de años, el encuentro fue muy efusivo e inesperado, se trataba de mis ex alumnos, los cuales ya cursaban estudios universitarios y hacían todo tipo de preguntas, mostrando interés por su profesor de la secundaria, eso nos ocurre a la mayoría, pero digo a la mayoría pues no a todos nos abordan nuestros ex alumnos y nos dan muestras de cariño, aprecio y rememoración.
Cuando uno es maestro sabe que la enseñanza que les das a tus alumnos los marca con las buenas y malas actitudes que uno va demostrando en las distintas clases que se les da, en ese entender y al compartir cientos de horas de clases e incluso años de enseñanza, se les va marcando también nuestro rostro y nuestras actitudes, incluso muchos de ellos y ellas llegan a conocernos y a retratarnos de tal manera que somos fiel reflejo de lo que en realidad somos, de igual forma nosotros llegamos a plasmar rostros actitudes, formas de caminar, easgos f´sicos, gestos, comportamientos que cada uno de ellos y ellas va montando en nuestros recuerdos, los bajitos , los delgados, los trigueños, los de lunares, los movidos, los callados, los actores y actrices, los rebeldes, los cumplidos, los responsables, los impuntuales, los groseros, los mimados y engreidos, los corajudos, los volubles, los cambiantes, los atentos, los desconocidos.
este grupo de alumnos y alumnas generalmente son los que más han olvidado al profesor, debido a multiples circunstancias; no les agradaba el profesor, les pareció aburrido, no fue bueno con ellos, no hubo confianza, no los integraron a su clase, no fue relevante para él o ella lo que el profesor les inculcó o enseñó, poca empatía, poca simpatía, en fin, practicamente esta indiferencia y apatía de parte de algunos alumnos y alumnas se manifiesta después de terminada la labor del docente frente a ellos. Encuentros en las calles donde los alumnos ignoran por completo a sus docentes, o en cualquier lugar público donde la indiferencia es latente cuando los alumnos de pensamiento contrario si lo hacen. ¿Pero acaso seremos nostros los docentes los culpables de tal indiferencia? La respuesta puede ser positiva y afrontar que muchas veces lo que muchos de nosotros enfrentamos lo que sembramos y ahora cosechamos, pues muchas veces nosotros somos los más indiferentes y teóricos docentes, sin dar pie a la parte afectiva que nuestros alumnos necesitan recibir de manera indirecta, pero presente en nuestras sesiones de aprendizaje, muchas veces pecamos pro ser los docenets quiens propiciamso alumnos apaticos y poco motivados es mas no se forja eso que un buen docente propicia y es el aprecio personal del alumno. Meditemso de las testrategias que usamos y no pretendo con estas palabras buscar un "docente popular" sino un docente que enseñe con el ejemplo y propicie un reconocimiento personal de parte de aquellas personas a quienes dirigimos lo que sabemos y por los cuales nos esmeramos para que aprendan mucho mejor.
"UN MAESTRO QUE PREPARA CON AFECTO,
DE SUS ALUMNOS LOGRA EL RECONOCIMIENTO"
Caminando por la calle cerca de la plaza de armas encontré a un grupo de jóvenes a los cuales no veía hace un par de años, el encuentro fue muy efusivo e inesperado, se trataba de mis ex alumnos, los cuales ya cursaban estudios universitarios y hacían todo tipo de preguntas, mostrando interés por su profesor de la secundaria, eso nos ocurre a la mayoría, pero digo a la mayoría pues no a todos nos abordan nuestros ex alumnos y nos dan muestras de cariño, aprecio y rememoración.
Cuando uno es maestro sabe que la enseñanza que les das a tus alumnos los marca con las buenas y malas actitudes que uno va demostrando en las distintas clases que se les da, en ese entender y al compartir cientos de horas de clases e incluso años de enseñanza, se les va marcando también nuestro rostro y nuestras actitudes, incluso muchos de ellos y ellas llegan a conocernos y a retratarnos de tal manera que somos fiel reflejo de lo que en realidad somos, de igual forma nosotros llegamos a plasmar rostros actitudes, formas de caminar, easgos f´sicos, gestos, comportamientos que cada uno de ellos y ellas va montando en nuestros recuerdos, los bajitos , los delgados, los trigueños, los de lunares, los movidos, los callados, los actores y actrices, los rebeldes, los cumplidos, los responsables, los impuntuales, los groseros, los mimados y engreidos, los corajudos, los volubles, los cambiantes, los atentos, los desconocidos.
este grupo de alumnos y alumnas generalmente son los que más han olvidado al profesor, debido a multiples circunstancias; no les agradaba el profesor, les pareció aburrido, no fue bueno con ellos, no hubo confianza, no los integraron a su clase, no fue relevante para él o ella lo que el profesor les inculcó o enseñó, poca empatía, poca simpatía, en fin, practicamente esta indiferencia y apatía de parte de algunos alumnos y alumnas se manifiesta después de terminada la labor del docente frente a ellos. Encuentros en las calles donde los alumnos ignoran por completo a sus docentes, o en cualquier lugar público donde la indiferencia es latente cuando los alumnos de pensamiento contrario si lo hacen. ¿Pero acaso seremos nostros los docentes los culpables de tal indiferencia? La respuesta puede ser positiva y afrontar que muchas veces lo que muchos de nosotros enfrentamos lo que sembramos y ahora cosechamos, pues muchas veces nosotros somos los más indiferentes y teóricos docentes, sin dar pie a la parte afectiva que nuestros alumnos necesitan recibir de manera indirecta, pero presente en nuestras sesiones de aprendizaje, muchas veces pecamos pro ser los docenets quiens propiciamso alumnos apaticos y poco motivados es mas no se forja eso que un buen docente propicia y es el aprecio personal del alumno. Meditemso de las testrategias que usamos y no pretendo con estas palabras buscar un "docente popular" sino un docente que enseñe con el ejemplo y propicie un reconocimiento personal de parte de aquellas personas a quienes dirigimos lo que sabemos y por los cuales nos esmeramos para que aprendan mucho mejor.
"UN MAESTRO QUE PREPARA CON AFECTO,
DE SUS ALUMNOS LOGRA EL RECONOCIMIENTO"
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