MARIATEGUI Y LA LITERATURA
En 1930 a los 35 años expiró la vida del más connotado socialista e ideólogo del siglo XX, destacado ensayista además de un gran activista político en favor del socialismo comunista, que fundara el Partido Socialista del Perú; nacido en Moquegua por el paso transitorio de su familia, ya que Mariátegui nunca connotó ni denotó apego a sentimiento alguno del terruño moqueguano. Tuvo una niñez y adolescencia inusual marcadas por un accidente en su rodilla izquierda y que lo marcó hasta su muerte, vivió en un hogar que giraba alrededor de su madre, su abuela y
su hermana Guillermina. Ellas lo atendieron los años que estuvo
convaleciendo, inmovilizado, después de su accidente de niñez. Hacia el
final de su vida, en la casa de la calle Washington, aún lo acompañaba
su madre, doña Amalia La Chira, quien ocupaba una habitación contigua a
la de los cuatro hijos del matrimonio Mariátegui Chiappe: Sandro,
Siegfried, José Carlos y Javier.
En su vida profesional e intelectual por ejemplo debido a su amistad con Abraham Valdelomar
le permitió entrar a formar parte del entorno del grupo Colónida.
Además de sus crónicas periodísticas, escribió cuentos, poemas y dos
obras teatrales, tituladas Las Tapadas y La Mariscala,
escritas en colaboración con Julio de la Paz y Abraham Valdelomar,
respectivamente, que no recibieron buenos comentarios de la crítica.
Mariátegui tuvo un contacto directo con la literatura y una posición destacada referente a ella, por ello en el séptimo y último ensayo se hace una revisión del proceso de la
literatura peruana. Mariátegui señala la dependencia de ésta respecto a
la organización económica del Perú en sus diversas etapas históricas y
destaca, como rasgos característicos de la literatura de la época, la
liberación del espíritu colonial, la tendencia creciente a aproximarse
a la vida nacional y la influencia del espíritu cosmopolita. En efecto, Mariátegui rebasó las fronteras del historicismo positivista
y los límites que imponía el marxismo al arte, y al mismo tiempo
concibió la literatura como un fenómeno estético, histórico y social.
Asimismo, es valiosa su periodización de la literatura peruana en tres
fases: colonial, cosmopolita y nacional. Fue por tanto un agudo crítico
de la cultura de su tiempo y mantuvo siempre una sensibilidad despierta
y entusiasta ante las nuevas formas artísticas surgidas entre las
décadas de 1920 y 1930. Utilizó como seudónimo Juan Croniqueur en muchos de los escritos que realizó.
Mariiátegui nos legó muchas obras literarias como sus "Siete ensayos de la interpretación de la realidad peruana",La escena contemporánea, El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy, La novela y la vida. Siegfried y el profesor Canella, Defensa del marxismo, El artista y la época. Obras completas, Signos y obras. Análisis del pensamiento literario contemporáneo, Historia de la crisis mundial. Conferencias pronunciadas en 1923. Poemas a Mariátegui (Compilación con prólogo de Pablo Neruda), Peruanicemos al Perú, etc. además de más de 900 artículos periodísticos de toda índole publicados en su etapa periodística tanto en el Perú como en Madrid.
Por ello la contribución de Mariátegui a la literatura peruana y al proceso de una época marcada por cambios y reacciiones sociales fue contundente y formativa, para asimilar nuevos rumbos y cánones de la historia de nuestra literatura. Un 16 de abril de 1930 murió el ideólogo, ensayista, político, pensador prolífico José Carlos Mariátegui.
su hermana Guillermina. Ellas lo atendieron los años que estuvo
convaleciendo, inmovilizado, después de su accidente de niñez. Hacia el
final de su vida, en la casa de la calle Washington, aún lo acompañaba
su madre, doña Amalia La Chira, quien ocupaba una habitación contigua a
la de los cuatro hijos del matrimonio Mariátegui Chiappe: Sandro,
Siegfried, José Carlos y Javier.
En su vida profesional e intelectual por ejemplo debido a su amistad con Abraham Valdelomar
le permitió entrar a formar parte del entorno del grupo Colónida.
Además de sus crónicas periodísticas, escribió cuentos, poemas y dos
obras teatrales, tituladas Las Tapadas y La Mariscala,
escritas en colaboración con Julio de la Paz y Abraham Valdelomar,
respectivamente, que no recibieron buenos comentarios de la crítica.
Mariátegui tuvo un contacto directo con la literatura y una posición destacada referente a ella, por ello en el séptimo y último ensayo se hace una revisión del proceso de la
literatura peruana. Mariátegui señala la dependencia de ésta respecto a
la organización económica del Perú en sus diversas etapas históricas y
destaca, como rasgos característicos de la literatura de la época, la
liberación del espíritu colonial, la tendencia creciente a aproximarse
a la vida nacional y la influencia del espíritu cosmopolita. En efecto, Mariátegui rebasó las fronteras del historicismo positivista
y los límites que imponía el marxismo al arte, y al mismo tiempo
concibió la literatura como un fenómeno estético, histórico y social.
Asimismo, es valiosa su periodización de la literatura peruana en tres
fases: colonial, cosmopolita y nacional. Fue por tanto un agudo crítico
de la cultura de su tiempo y mantuvo siempre una sensibilidad despierta
y entusiasta ante las nuevas formas artísticas surgidas entre las
décadas de 1920 y 1930. Utilizó como seudónimo Juan Croniqueur en muchos de los escritos que realizó.
Mariiátegui nos legó muchas obras literarias como sus "Siete ensayos de la interpretación de la realidad peruana",La escena contemporánea, El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy, La novela y la vida. Siegfried y el profesor Canella, Defensa del marxismo, El artista y la época. Obras completas, Signos y obras. Análisis del pensamiento literario contemporáneo, Historia de la crisis mundial. Conferencias pronunciadas en 1923. Poemas a Mariátegui (Compilación con prólogo de Pablo Neruda), Peruanicemos al Perú, etc. además de más de 900 artículos periodísticos de toda índole publicados en su etapa periodística tanto en el Perú como en Madrid.
Por ello la contribución de Mariátegui a la literatura peruana y al proceso de una época marcada por cambios y reacciiones sociales fue contundente y formativa, para asimilar nuevos rumbos y cánones de la historia de nuestra literatura. Un 16 de abril de 1930 murió el ideólogo, ensayista, político, pensador prolífico José Carlos Mariátegui.
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